He tardado pero… ¡he vuelto! Volví de Marruecos sana y salva cuando tocaba, pero empalmé con la dura vuelta al día universitaria antes de que vinieran unas largas vacaciones pascueras que no han estado nada mal. Y es que la primavera, además de alterar la sangre, trae a mi querido pueblecito un ambiente festero inmejorable que no puede desaprovecharse (además de infinidad de modelitos que luego comentaremos). Volví del viaje y me costó mucho olvidarme de los olores, los colores, la sensaciones y el ambiente en general de ese país vecino al que ya estoy pensando cuando volver. ¡Y menudas fotos me traje conmigo! Luego hubo unos días playeros de semana santa, en los que (por mis narices) saqué el bikini para intentar quitarme algo de mi blanco enfermizo (aunque no lo conseguí, claro está) a pesar del airecillo fresquito que hacía. Y en seguida… domingos de gloria soleados, monas en el campo, pisos festeros, comilonas, mascletás que dejan sin tímpanos, primeras resacas de café licor y un sinfin de cositas que me hicieron olvidar este blog. Pero ahí estaban algunas de mis seguidoras recordándome que tenía actualizar (¡gracias chicas!). Primero mi amiga Eva… que me hizo caso y el sábado se soltó por completo su melenaza rizada, mechón de la frente incluido : ) y ¡estaba guapísima! Y luego las hermanitas Molina, que como siempre, supieron elegir modelitos glorieros.

Por ellas y por mis demás lectores prometo no tardar tanto en actualizar a partir de ahora. Pero de momento, no doy para mucho más. Sólo para decir que nosotras no somos cotillas, sino fans de la información. Y que nosotras no criticamos… sólo pensamos ciertos errores con vistas a mejorarlos.

Y de modelitos: de todo, como siempre. Desde operadas llamativas con cuatro kilos de maquillaje y colores chillones incombinables, a gente con gusto exquisito como nosotras (que no tenemos abuela jaja). ¿Lo más importante? Que nos lo pasamos genial esperando a encontrar algún modelito repetido con el año anterior, analizando si tal o cual ha mejorado o empeorado, y hasta sufriendo con nuestros propios taconazos de infarto. ¡Y ah! ¡por cierto! Me dejaron el Amazona durante un rato y fui más feliz que una nena con su juguete favorito. Por todo eso, hoy las fotos no son de famosas, hoy nosotras lo valemos.