Como muchos sabéis siento un amor puro por Chloé pero mi presupuesto no alcanza ni para comprarme el botón de una de sus blusas (ya podrían hacer una colaboración con H&M, ahí lo dejo). La cuestión es que en su desfile ya me enamoré de muchas cosas, entre ellas este look:

Pero se ve que no fui la única y las marcas low cost saben aprovecharse muy bien de ello y se apresuran a sacar clones más o menos acertados. Yo pensaba que sería Zara, como suele ocurrir, pero esta vez ha sido Blanco, y lo ha hecho rematadamente bien.

Esta blusa (casi idéntica a la de Chloé) forma parte de la maldita colección que Paula Echevarría presentó la semana pasada y que me parece rematadamente perfecta. Y pensar que yo (salvo muy contadas y raras ocasiones) no compraba en Blanco porque sólo notar el olor me daba como repelús… Pero esta vez, irremediablemente (y con el 20% que viene en la revista Elle de este mes) he picado. Esta blusa y esta otra forman ya parte de mi armario:

Pero esta vez no puedo sentirme culpable. Porque lo más fuerte de todo es que justo un rato después de haberlas adquirido me llamó mi querida madre para decirme: «Sé que no entras en Blanco porque huele a plástico cutre pero esta vez hay cosas bonitas… hay una blusa en rosita y blanco a rayas como las que te gustan a ti que te encantará». Respuesta: «mamá, ya me la he comprado».

Risas. Siempre nos pasa igual. Cuando la gente me dice que sus madres no aciertan sus gustos yo no lo entiendo. Yo con la mía tengo una especie de telepatía que cada vez es más fuerte. No importan los quilómetros de distancia, que madre no hay más que una.

¿Os ha pasado algo parecido?