Si de algo he aprendido muchísimo durante este curso es de belleza (de moda también, pero a eso venía… lo otro ha sido más por sorpresa). Tanto por las clases como por mis prácticas, me he ido convirtiendo en una friki de los potingues y las pinturitas. Y tan feliz. Si siempre he tenido nariz de perrito, ahora soy capaz de reconocer muchos de los perfumes que lleva la gente por la calle (y de saberme su precio de memoria, pero esa es otra enfermedad). Y si antes nunca me pintaba los labios, ahora quiero todos los colores y texturas del mercado pese a que eso me comporte un rechazo a mis besos.
Sin embargo, sigo siendo incapaz de maquillarme mucho y cualquier cosa me parece «demasiado». Por ello, hoy os pongo unas cuantas caras inspiradoras (sí, también tiene que ver que sean guapísimas por sí mismas, pero el maquillaje importa, en serio).
si empiezo a decirte….no acabo!