Prácticamente ha pasado una semana desde que escribí y me parece una eternidad; lo echaba de menos. Además, que Holanda ha merecido la pena y mucho así que estoy autodisculpada. Y hoy vuelvo con el olor a pólvora que me encanta y el ruido sorprendente de los petardos que me asusta para ver mis queridas fallas valencianas. Lástima que este año la temperatura sea mucho más baja de lo habitual, porque lo que más me gustaba de estas fiestas era salir con manga corta o tirantes y una chaquetita encima, o con mis camisolas favoritas a modo de blusón fallero. Y el pañuelo que no falte. Y este año, como no me conformo, también me he puesto una camisola (de Desigual, preciosísima) pero con varias mangas debajo, para que el aire frío no me fastidie mis ilusiones.
Porque yo, cabezona que soy, bajé del avión con unas ganas tremenda de quitarme gorros, bufandas, guantes y mis preciosas orejeras, que tanto papel me han echo en las tierras frías de los países bajos, hasta tal punto que me puse con tales ganas mis bailarinas y mis camisetas fresquitas que me desperté resfriada. Así que otra vez a abrigarse, aunque no sea como en Holanda. Menos mal que el martes me voy a Marruecos y allí sí que podré llevarme la ropa de primavera que tantas ganas tengo de sacar de mi armario. Y mis pantalones bombachos, y mis palestinos de colores, y mis collares coloridos… ¡ay qué ganas!
Por cierto, que entre Blanco, Stradivarius y mi fondo de armario ya tengo preparado lo que me pondré los domingos de Gloria y el día de Sant Jordi, tres días clave para la moda alcoyana donde cualquier fashion victim debe mostrar todo su potencial. Falda de tubo rosita y camiseta floreada de tirantes por dentro, falda de volantes floreada con camiseta sueltecita y cinturón, y vestido con la falda a cuadros y parte del top gris que quedará genial con mis Mustang de vértigo plateados. Ahora sólo queda desear que el tiempo acompañe, que ya hemos tenido suficiente lluvia. Sí, sí, sí, abril ya está ahí.
Pero de momento, os dejo con una foto del frío holandés que, por supuesto, no logró que yo dejara de sonreir.
Por cierto, ayer mi Barça arrasó :), y no es que tenga mucho que ver con moda, pero me saca una sonrisa que queda genial con cualquier look.