Después de periodista, decidí ser maestra, y aunque aún no sé afirmar a qué me dedicaré en un futuro, la verdad es que hacer esta carrera también me ha dado muchas sonrisas y, sobre todo, ciertos grandes amigos (mayormente amigas, como es de suponer en una carrera como esta).

El viernes fue nuestra graduación, y aunque ni tuvo acto ni nada y la cena y la fiesta fueron un absoluto fracaso caótico, eso no nos impidió ir divinas y procurar disfrutar al máximo.

Mi look: vestido adorado de Adolfo Domínguez del que os hablé aquí, y de los complementos que os comenté aquí, al final me decidí por los peep-toes veraniegos de Zara de special prize, un bolso de Blanco más económico de los que en su día sopesé y una rebequita básica que no hizo falta alguna (todo en rojo coral, claro está). Para andar y para cuando mis pies no dieron para más elegí las preciosas sandalias de lazo de Stradivarius. Pulsera de Parfois, pendientes y anillo de una tienda de los hippies  y pìntauñas de Deliplus :)  Como véis, mi look era más veraniego y menos formal que el de la otra graduación. Aunque pensé en llevar el pelo suelto, hacía tanto calor que opté porque mi amiga Patri me hiciera un moño que adorné con una florecilla de H&M y me maquillé yo misma con colabración de mi amiga Sheila (sí, nuestro piso se convirtió en salón de belleza improvisado). Y tras toda la explicación, ¡os dejo con algunas fotos!

PD: Gracias por entrar así en mi vida y por todos los momentos :)