Como os comenté ayer, este finde han sido las «Journées Particulières» de Loewe aquí en Madrid (Hèrmes y Chanel las hicieron en París, y otras marcas en otras ciudades del mundo). La planta de arriba de la tienda que tiene la marca española en la Gran Vía madrileña se vistió de gala para que todo el que quisiera pudiese ir a informarse de cómo Loewe crea sus exclusivos productos.

Cuando yo fui, había un artesano explicando el proceso de fabricación y cuidado del bolso Amazona -la joya de la corona de la marca- y un experto en pieles contando cómo funcionaba su elección y tratamiento según grosor, colores… (cómo me acordé de mis clases de tejidos de los jueves por la tarde ;).

¿Sabíais que un Amazona tarda seis horas en hacerse? ¿Que en España se hacen unos 200 modelos únicos al día? ¿Que el grabado personalizado tiene que adecuarse a cada bolso según un montón de características?Con estas jornadas, además de contarnos todas estas curiosidades, Loewe procuró demostrar por qué es una de las marcas más prestigiosas del mundo, por qué uno de sus bolsos vale lo que vale y hasta qué puede llegar a significar tener uno de ellos.

Por mi parte sabéis que siempre he querido un Amazona en negro como fondo de armario (rubia, sabes que algún día lo tendremos), pero al ver el resto de la exposición en tienda caí completamente enamorada del bolso Flamenco, más tipo saco y más amortizable en mi día a día habitual.

Lo quiero. Lo quiero en todos los colores (los vivos molaban un montón). Y también quiero una funda para el portátil con bandolera. Y una maleta… Y, y, y… quiero ser rica, por si no lo sabíais. En fin, a seguir soñando.

¡Ánimo con la nueva semanita!