¡Buenas noches! Qué gozada esto de que los Goya sean una noche de sábado para poder combinar un plan de pizza, sofá, manta y blog con la gala de fondo. Sigo haciendo el llamamiento para que los Oscar hagan lo mismo, que trasnochar los domingos no es bien. Pero vayamos al tema…
En esta alfombra roja que coincidía con sábado de carnaval hemos encontrado bastantes horrores habituales del cine español, varias decepciones, alguna grata sorpresa y muchos bonitismos muy aplaudibles (gracias actrices españolas, vamos mejorando mucho). Aquí va mi opinión sobre las mejor vestidas de los Goya 2016 (y las peor vestidas y las nifunifá también, pero son menos importantes).
¡Que vivan las flores! Este año le doy mi primer premio a Goya Toledo con su vestidazo palabra de honor de Carolina Herrera. Cada año la veo más guapa y más espectacular. Me ha enamorado.
Otra floreada que hizo que se me cayera la baba muy mucho fue la actriz chilena María Luisa Mayol, pareja de Luis Tosar.
De las lisas, este año la que más me ha gustado ha sido Manuela Vellés, que ha desatado aplausos con un precioso vestido amarillo mostaza de los que tanto me gustan firmado por Cortana. Y además es de las pocas que no se rindió al rosa cuarzo.
También me encantó Carmen Machi que últimamente me sorprende muy gratamente. Guapérrima con este diseño de Amaya Arzuaga.
Luego va la otra chica Velvet, Marta Hazas con un original vestido blanco con apliques plateados de mi adorada Carolina Herrera con el que estaba impresionante.
Y está claro que este año estoy yo muy a favor de las flores porque Natalia de Molina también me encantó.
Nieves Álvarez , fiel a Víctor Blanco, y siempre sorprende muchísimo con sus vestidazos que sólo ella y unas pocas más podrían enfundarse. Impresionante su diseño de George Chakra Alta Costura. Ella es puro fuego.
Otra que iba espectacular es Amaia Salamanca, que lució culazo de infarto con un diseño clásico de Pronovias en rosa cuarzo (que para algo es el color del año).
Leticia Dolera, fiel a Dolores Promesas, tampoco pudo resistirse al color del año incluso en los complementos. Me encanta el resultado.
Bárbara Lennie también optó por el rosa cuarzo en un precioso y original diseño cut out firmado por Jorge Acuña.
Y otra más para la lista del rosita fue Cayetana Guillén-Cuervo con un vestido con escotazo de infarto diseñado por Lorenzo Caprile. Poder lucir eso a su edad merece muchos aplausos.
Candela Serrat, una de las actrices que tienen la suerte de ir vestida por el gran estilista Víctor Blanco, iba muy guapa con un vestido plisado de Vionnet en color coral.
Clara Lago ha mejorado mucho respecto a los últimos años. Bien por ella.
Preciosa y elegante Marta Nieto, de azul bebé (el otro color del año según Pantone, pero este está claro que no triunfa tanto).
Y no podía faltar entre las mejor vestidas la gran dama de la elegancia Juana Acosta, con un clásico palabra de honor negro.
Y para grandes damas de la elegancia siempre estará Isabel Preysler, porque aunque yo no sea fan de tanto brillibrilli, he de reconocer que está espectacular y le sienta como un guante.
Cristina Brondo optó por un clásico vestido nude de corte griego que garantiza el acierto sin riesgo. Lo firma Hanníbal Laguna.
Belén López, no sé quién eres pero tu vestido me gusta. El efecto de la capa y las florecillas como enganche me ha gustado mucho, enhorabuena.
Ursulolita, aka Úrsula Corberó, arriesgó marcándose un Angelina con un diseño de terciopelo en color burdeos de Teresa Helbig (la reina de los diseñadores españoles en esta alfombra roja). Personalmente pienso que no está mal, pero que el boceto de instagram molaba más.
Ana Arias, mi querida Paquita de Cuéntame, no iba nada mal con un vestido negro de brillibrilli con escotazo. Hemos visto muchos como ese, pero no se puede decir que no se acierte con ellos.
El vestido bicolor de Stella McCartney que llevaba Elena Ballesteros está bien pero no es de lo que quitan el hipo.
Penélope Cruz y Javier Bardem iban guapos pero muy normales, el Atelier Versace de ella es un clásico pero de esos que tampoco desatan pasiones.
Me pasa lo mismo con mi querida Aura Garrido de El Ministerio de Tiempo, que iba guapa pero no me emocionó. Me hubiese gustado verla con algo más vivo.
El Stella McCartney de Nerea Barros es bien pero sosaina. Para eso hubiese podido escoger cualquier diseñador nacional.
Anne Igartiburu con un clásico vestido de Lorenzo Caprile de los que aburren mucho pero tampoco dan cancha para rajar.
A Paz Vega, además de algo de gracia a su Calvin Klein, le hace falta comerse varios cocidos de mi madre para parecer persona. En qué ha quedado esta chica.
Ana Fernández, con vestido negro palabra de honor y escote rígido de Ulises Mérida y una bufanda-manta naranja fea por encima. El vestido no emociona y la mantita lo destroza.
El conjunto de Inma Cuesta, firmado por Teresa Helbig, no es santo de mi devoción. La camisa no está mal pero no la veo guapa (de hecho, no me parece ni ella).
Habrá gente que no esté de acuerdo pero a mí María Adánez no me gustó. Demasiado mujer fatal con unos aires muy chonis para mi gusto.
El vestido color caldera con capa bordada de Nora Navas no me acaba de convencer. La capa es preciosa pero lo de abajo no me gusta.
Ana Álvarez, con vestido blanco con mangas transparentes de Lorenzo Caprile, tampoco me gustó nada.
No puedo con Macarena Gómez. No me gusta su cara, ni como viste (aunque esta vez su Teresa Helbig no es feo del todo) y encima va acompañada de semejante espécimen…
Y lo de Belén Rueda vistiéndose de novia y peinándose de loca para ir a los Goya a estas alturas de la vida no hay por dónde cogerlo.
Alaska, en su línea, embutida y brillante, pero como la quiero la perdono, porque es auténtica.
Y, lo siento, pero no entiendo nada el diseño de 2nd Skin Co que lució Verónica Sánchez. Ni la tela, ni el corte, ni esos flecos de cortina bajo el pecho…
Me pasa lo mismo con el Leando Cano de María León Barrios. Original, sí, pero bonito, no. Sobre el escenario además se la veía incómoda y con una particular cara de asco.
Una de las que me hizo cantar a voces eso de «dame veneno que quiero morir» fue Miriam Díaz-Aroca que reunió todo lo que no me gusta en un look: brillibrilli requeteajustado de inspiración choni.
Nathalie Seseña vino directa de una fiesta de carnaval veneciano o algo así y se dejó la máscara por el camino. Una lástima, con máscara igual la hubiese salvado.
Elvira Lindo, mejor dedícate a escribir y no a posar en alfombras rojas, porque tu conjunto no hay por dónde cogerlo.
Querida Cuchita Lluch, presidenta de la Academia Valenciana de la Gastronomía y pareja de Juan Echanove, qué mal nos has dejado. Qué horror.
Lo de Victoria Abril y su amigo Jean-Paul Gaultier tampoco tiene nombre, pero también queda perfectamente justificado con el tema carnavalesco de la noche, pelucón incluido.
Pero el premio definitivo al horror de la noche se lo lleva Yolanda Ramos, que si por no tuviera bastante con ir embutida en un vestido feísimo lleno de rajas y cubierta con un abrigo-chaqueta de lana-batamanta, encima iba mal peinada y maquillada. Mátame camión.
Para no quedarnos con tan mal sabor de boca, nombraré a los chicos mejor vestidos de los Goya 2016: Jesús Castro de Salvatore Ferragamo (ay omá!) y Javier Rey y demostrando que Velvet es una gran escuela de moda (también Asier Etxeandia pero no encuentro foto).