…aunque la variedad en la gala de este año brilló por su ausencia. Seguimos con los Oscar, pero hoy será todo moda y, como cada persona dice una cosa, yo os voy a situar mi selección y ya me decís en qué estáis de acuerdo y en qué no.

MIS SOBRESALIENTES:

Como ya dije ayer, a mí SÍ me gustó el Chanel de Sarah-Jessica Parker (aunque no como le quedaba, porque como dijo mi querida morita, está demasiado delgada y un bocata de chorizo no le vendría nada mal), lo encuentro original y muy bonito, sobre todo su escote en la espalda. Me gustó mucho también como iba Bella la de Crepúsculo, con un vestido negro de Monique Lhuillier que le quitaba sosez y le aportaba elegancia. Adoro literalmente el Oscar de la Renta de Cameron Díaz, a pesar de que el color iba en consonancia con la gran mayoría de los trajes (triunfaron los tonos ñoños). Y de pastelosos también me gustó el rosa palo de Anna Kendrick, y es que Elie Saab parece que no falla nunca, sino que se lo digan a la protagonista de Sherlock Holmes, Rachel McAdams y a su precioso vestido vaporoso con un palabra de honor acertadísimo -también de Elie Saab-.Por último destacaré a Amanda Seyfried, cuyo brillante vestido color crudo de Armani Privé con cristales deslumbró por donde pasaba.

MIS NOTABLES:

Penélope Cruz nunca falla y el escote y el corte de su Donna Karan son mucho más que aceptables. Sin embargo, como dijo mi nurinur el color la hace algo más vieja y se podría soltar el pelo de vez en cuando que los moños esos empiezan a cansar. Eso sí, menudos pendientes y menuda sonrisa. El Marchesa dorado de Sandra Bullock no estaba mal, quizás algo soso, pero ya sabemos que la novia de América no estaca nunca por su atrevimiento y la verdad es que es bonito. Me encantó el clutch, pero no los labios rojos. De los atrevidos yo destaco el de Zoe Saldana, de Givenchy Couture, muy original y bonito, y el degradado de los morados acertadísimo. Si acaso el contraste entre la parte superior y la inferior sea demasiado arriesgado. Lo de Demi Moore es espectacular. ¿Cómo se puede conservar así? El Versace le quedaba como un guante pero otra vez el color demasiado soso, ese vestido en un color más fuerte y con un pelín menos de vuelo inferior me habría hecho llorar. Queen Latifa iba también muy acertada y elegante con su diseño asimétrico y con cola (¿otra vez rosa y plata?) y por último Paula Patton, pues la actriz puso el toque de color a la gala con un naranja muy atrevido de Prada con el que lució embarazo.
 

MIS APROBADAS:

El Yves Saint Laurent de Kate Winslet era correcto y punto. El color no era favorecedor y las dos piezas no lucen demasiado. La salvan las Joyas de Tiffany’s&Co. El vestido de Deborah Ann Woll era original pero le hacía demasiada barriga y la raja era demasiado larga; además, su piel estaba demasiado pálida. La triunfadora Kathryn Bigelow iba de YSL, y le pasó lo mismo que a Winslet: quedó correcto pero soso. Carey Mulligan tampocó me gustó demasiado, más que nada por esos zapatos a la vista, por muy de Prada que fueran y por mucho que la hayan alabado. Arriesgar no siempre es acertar, y sino que se lo digan a Maggie Gyllenhall y a su Dries Van Noten, pues aunque innovador, no acabó de pegar como se esperaba. Por último aprobaré a Mo’nique porque supo lucir ese Marchesa azul klein, aunque de diseño bastante típico. Falló también la coincidencia de color con la protagonista de Precious, pero no creo que eso fuera culpa suya.

LAS SUSPENDIDAS

Por mucho que haya gente que alabe a la dichosa Miley Cyrus, yo no me puedo resistir a suspenderla por pava y por creerse una diosa que no es (odio sus morritos y su intento frustrado de sacar pecho). Y el vestido no me llamó nada la atención. En cambio, Jennifer López (de Armani Privé) y Vera Farmiga (de Marchesa) se llevaron la palma por intentar llamar la atención con vestidos demasiado exagerados que no vienen a cuento (no soy yo muy fan de los volantes a tutiplén, aunque el color del de Farmiga me gustaba y mucho), pero por lo menos lo hacen con el vestido, y no como Mariah Carey, quien procura que la observen por su carne embutida en un pobre traje de Valentino que no tiene la culpa de haber sido adquirido por la persona equivocada. Suspendo también a Nicole Richie, que acudió de manga larga con un vestido raro de corte sirena, firmado por Reem Acra, que no me gustó nada. Y, por muy mal que me sepa, esta vez he de suspender a la guapísima Charlize Teron y a su Christian Dior de color malva, pues aunque su fallo no tenga ni punto de comparación a los anteriormente mencionados, nos tiene demasiado bien acostumbrados, y esas flores en los pechos no eran nada favorecedoras (además de que el pelo me parece más apropiado para ir en chándal, al menos por delante).