No quería. Pero he caído. No puedo dejar de pensar en esas pequeñas y preciosas camaritas analógicas a las que se le puede sacar muchísimo partido gracias a la enorme variedad de películas que se les pueden poner para experimentar y hacer fotos tan preciosísimas como las que podéis encontrar en Lomography.es.

Soy fan absoluta. Y hay diseños taaaaaan bonitos. Necesito una. De hecho, va directa a mi wishlist recientemente actualizada (que los Reyes Magos cada vez están más cerca y hay que ir preparando la carta). De momento, creo que me quedo con esta:

La he elegido por ser mini, por tener flash y por ser simplemente preciosa. Se llama Freedom. Me encanta.

En principio me echaba para atrás el precio de los carretes y la idea de que con la réflex con la que tan pesada me puse ya voy sobrada. Pero luego he visto que tampoco son tan caros y que como capricho no es exagerado. Además, que hace ilusión hacer pruebas originales y tiene la ventaja de pesar mucho menos. Quiero una. Quiero una. Quiero una.

Definitivamente, lo analógico tiene su encanto. Nada de borrar si no te gusta. Improvisación y sorpresa.

¿También sois lomo-fans?